Tus jovenes ojos porteños,
trepan y se zambullen,
trepan y se zambullen como si estuvieran vivos.
Y lo negro de Buenos Aires se esta llendo para el Sur.
Me pregunto si ella ira a alguna vez, a algun lado, conmigo.
Desde la esquin del cafe y la fiebre,
nueces y picante y tus largas preocupaciones por caminar.
Creés que es mejor dormir con el motor latiendo
Y creés que no estoy comiendo.
"Si, que andubiste leyendo?"
Hablamos del Norte y de la Patragonia,
como si el país susurrara a nada cercano .
Entonces ellos apagaron las luces,
y yo encendí los grillos.
Sabían que te estaba invitando a salir...
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